En el hermoso cielo
en el que el sol y la luna
son tan solo un único amante:
Allí me encontraras remontando mi vuelo.
No me busques: Ya estoy en ti.
No mires arriba o abajo,
cierra los ojos.
En el hermoso lago
inamovible, limpio y puro,
en el que nada hay reflejado.
Allí me encontraras regocijado en mi nado.
No me llames: Ya estoy aquí.
Soy hijo de un padre
¿No fue éste hijo?
Sin embargo permanezco allá
antes de que el hijo fuera padre,
antes de que el Orbe
tuviera nombre.