He visualizado los infinitos mundos más allá de mí
de aquellos que integraron sus conciencias,
he reído y charlado con los maestros en los jardines de la paz,
y ahora se que el estado cósmico es consecuencia mía.
Hoy, en parajes en los que no hay división y todo es gloria,
despertó en mi una sensación y un deseo: La Responsabilidad.
Responsabilidad de ser yo el culpable de cuanto sucede
en el espectro fantasmal que mi mente llama mundo.
(Los pobres son pobres en mi pobreza,
las guerras son guerras en mi corazón)
He abrazado al Buda, al Cristo, a Krishna y Zarathustra
y susurraron, mediante el silencio de la onda, que tengo una misión.
Mi misión es equilibrar la fuente del poder creativo
para transmutar este mundo en el paraíso destinado.
He bebido del agua sagrada, he caminado sin pies,
y ahora tengo una palabra, un cometido, y una piedra magnética.
Rey de Reyes, Dios de Dioses, Hombre de los Hombres
porto una corona invisible, el don Aureo, y un cetro que dispara Realidades.