4 de diciembre de 2015


¿Dónde está la vida?

Quizás se encuentre dentro…

Al mirar hacia fuera siento un escalofrío,
distante, desconectado, agónico.

¿Dónde está el amor?

¡Qué todo lo impregna!

¿Y yo, por qué no lo veo?

En mí hay un vacío;
mi cuerpo yace hueco
entre paredes que se derriten.

¿Dónde está el motivo de la sonrisa?

¿Dónde estás? ¡Dios mío! ¿Dónde?


Me agitan las miradas de la gente;
en su centro veo esperanza,
en su cuerpo sólo polvo.

¡Niños, venid a mí!

¡Venid a mí, y juntos bailaremos!

Sonreiremos a la vida y la haremos nuestra;
cantaremos al futuro con el tiempo en nuestro puño
cerrado y sangrante, cargado de esperanza.

¡Dejad que se acerquen a mí!

Más muerte y sólo olvido…

Queremos sonreír, queremos imaginar un mundo
y darle forma mientras lo soñamos.

¡Basta ya de miedo! ¡Basta!


Querido yo, querido tú, querido niño salvado,
encendamos de la mano la luz que nos guía,
dentro, muy dentro, hasta que rebose el cuerpo,
y juntos, iluminemos para siempre la triste vida.


¡Bendito amor! ¡Bendita alegría!

¡Niños, somos niños! ¡Niños libres y no suicidas!