Paloma blanca, paloma negra,
una de ellas es alta y tierna,
la otra salvaje, de carne y tierra.
Cielo y montaña, agua y hoguera,
tuya es mi sangre, tuya mi guerra.
Labios de ríos de venas,
ojos de blanco, manos de seda,
canta la blanca a la negra
bajo la esfera de la luna llena.
Bailan al mar con su sombra,
entre el mendigo y la arena;
duermen las dos palomas
cuando el ocaso se acerca.
Una es de noche y de luna,
otra de sol y mañana;
dos palomas cubren de flores mis sueños,
dos palomas, cuando mi cuerpo se acaba.