que lastimé un hombre
y en el dolor de su mirada
solo pude ver sombras de mi mismo.
Solo mi corazón recibió ese daño.
Hubo una vez
que me lastimó un hombre
y en la ira de su mirada
solo pude ver sombras de mi mismo.
Solo mi corazón recibió ese daño.
Y ese daño que recibió mi corazón
no era si no un eco resonante
del primer daño originario
en la creación.