9 de abril de 2016

1.

Me hipnotizas, ojos negros,
mientras tu luz me atiza los huesos,
los párpados, la piel, y el alma.

Me fascinas cuando te miro,
con los ojos cerrados, y te desviste
mi imaginación, mientras a mi imaginación
la desvisten tus labios.

¡Tu piel qué es!

¿Qué soy yo cuando no la elevo al altar de la Adoración?

¡Nada! ¡Nada soy si no me pierdo en ti!

Y qué importa tu cuerpo, o el mío, o el tiempo que los una,
si tú ya me habitas...

Si ya navego de tu mano más allá de este mundo,
sobre los mares de Belleza que al sentirte imagino…

Si ya estoy completo, sólo con haber escuchado tu voz,
con haber visto tu sonrisa, y haber muerto en tu mirada.

¡Ojos negros! ¡Tengo alas para volar!

Me inundas; me desbordas ojos negros…

Me hipnotizas, ojos negros,
mientras tu luz me atiza los huesos,
los párpados, la piel, y el alma.