21 de junio de 2016

5.

Borracho te diré la verdad cobardemente desde una esquina,
alzaré la voz hasta vibrar en los tímpanos de los voluntariosos;
tus ojos soy, sin ser míos, mientras te observo… viento de ilusión.

Tú, montaña de tantos lados como oyentes;
a ti miro en mis oraciones, al beber y al rozar,
mientras estoy aquí y soy ahora.

Tú, madre y consuelo, abrazo y suspiro;
destilo tu aroma entre mis poros,
por los pliegues de mis dedos me derrito ante ti.

Tú, verdad e ilusión, mujer y sombra;
estoy mudo, en estos versos me escondo.

Olivia, que eres más de lo que sueño,
más de lo que veo,
más de lo que soy:

Tu corazón cuelga a seis metros del suelo,
a seis metros del cielo,
a seis metros del mío.

Olivia, que eres mente y halcón,
y más allá: tu silencio.

Yo, que no soy nada,
que me alimento de sueño,
me construyo en recuerdos que nunca fueron,
y me diluyo en las marcas negras de tu piel.

Olivia, que eres luz y cuerpo,
y niño te observo,
de noche en noche, de sueño en sueño,
con corazón fuerte y caminar lento,
con mirada firme y palabra torpe,
con tacto suave y oído ancho,
te escucho, imagino y extraño.

Estoy lleno de vino, de ti, de sangre,
soy libre entre los vértices de la espiral inalcanzable;
Olivia, o no Olivia; Yo, o no Yo… ¡Qué importa!
Mi Amor vive.